Un viaje por España es un crucero por el desierto. Enormes
extensiones cubiertas de matorrales y pequeñas plantas que cubren de
manera rala un suelo de piedrecillas. En las sierras hay árboles, pero
deja de haberlos en cuanto bajamos a las llanuras que se extienden sin ellos hasta el horizonte.
Desierto de Tabernas |
Necesitamos árboles, en España, quince mil millones de árboles.
Los árboles cumplen muchas misiones de las cuales disfrutamos los
seres humanos, además de sus propias vidas que debemos desarrollar,
mantener y cuidar por el mero hecho de ser seres vivos.
Los árboles mantienen el suelo en su sitio. En las laderas desnudas,
las lluvias torrenciales, que son las que estamos teniendo ya y vamos a
seguir teniendo en España, arrastran un suelo sin adherencia
significativa al subsuelo. Una ladera de colina llena de árboles
consigue dos efectos contra la acción mecánica de la lluvia: Sus hojas
frenan la velocidad de caída del agua, y con ello la fuerza de su
impacto sobre el suelo, y las raíces aumentan la adherencia de la capa
superficial del suelo al subsuelo. Un bosque va creando con los años suelo fértil.
Los árboles retienen el agua en el suelo y permiten que se filtre
hacia los acuíferos subterráneos. Cuando llueve, el agua, en vez
escurrir ladera abajo, en vez de producir escorrentía brusca, se
deposita en pequeños hoyuelos entre
las raíces, y va permeando poco a poco hacia abajo hasta empapar el
suelo y luego ir circulando hacia los acuíferos, protegida de la
evaporación excesiva.
Los árboles evaporan una pequeña parte del agua que recogen sus
raíces. La evapotranspiración, que es como se llama el fenómeno,
depende, en su volumen por unidad de tiempo, de la especie arbórea. En
regiones de escasa precipitación se pueden elegir árboles que evaporan
poca agua, al revés que en zonas como el norte de España o la zona mas
lluviosa de la Península: La Sierra de Grazalema, en Cádiz, alrededor
del pueblo que le da nombre y que el es punto donde más llueve en nuestro país, más aún que en Santiago de Compostela.
Pero los árboles evaporan agua y esto es tremendamente importante. En
varios de los posts de 'El Porque de las Cosas' he escrito sobre los
sistemas no lineales: Son los sistemas de la realidad, los sistemas que
casi no se estudian en las facultades de Físicas, concentradas éstas en
los sistemas lineales y la mística de los multiversos y unas cuerdas
inexistentes. Pues bien, los sistemas reales de la naturaleza son no
lineales, del tipo "el rico se hace mas rico y el pobre cada vez mas
pobre".
La lluvia sobre la superficie de la Tierra es un fenómeno crítico: Se
precisa que la atmósfera tenga más de una cierta concentración de vapor
de agua, de cantidad de vapor de agua por centímetro o metro cúbico,
para que el agua condense y precipite. Esta concentración se denomina
humedad absoluta y la condensación se produce cuando la humedad absoluta
supera un umbral crítico, cuando esa humedad absoluta dividida por una
humedad umbral, cuyo valor depende de la temperatura, supera el 100%. El
cociente anterior se denomina humedad relativa y como digo depende de
la temperatura. La humedad umbral es muy grande cuando la temperatura
es alta y muy pequeña cuando es baja. Si medimos la humedad mediante la
presión que ejerce el vapor de agua en la atmósfera, a 2ºC esa presión
es de 700 unidades internacionales (Pascales, o Pa), mientras que si la
temperatura sube a 30ºC la presión es de 4247 Pa y 7385 Pa a 40ºC.
Es esta diferencia en las presiones (cantidades de vapor de agua) de
saturación del vapor la que nos hace sentirnos mojados en una región con
mucha evaporación en verano (Murcia, por ejemplo) aunque no llueva,
mientras que a la misma temperatura de 38ºC, por ejemplo, en Albacete,
en el centro de La Mancha, donde no hay evaporación, nos sentimos secos.
El lugar de la Tierra con la máxima concentración de vapor de agua en
verano es el aire encima del desierto del Sahara, pero no llueve porque
allí. la humedad relativa es muy baja (debido a las altas temperaturas
del aire). En cambio en, digamos Asturias, la humedad absoluta no es muy
alta en verano, pero llueve porque las temperaturas del aire son bajas.
Pues bien, para que llueva normalmente se precisa un aumento de
algunos gramos de vapor en el aire para conseguir que éste se sature,
que la humedad relativa alcance el 100% correspondiente a su
temperatura. Se da el caso con enorme frecuencia en España que aire
cargado de humedad sobre el mar, o sobre un pantano, se desplaza hacia
tierra y empieza a ascender y enfriarse. Pero no llueve, pues el vapor
de agua estaba en equilibrio con saturación sobre el agua (aire fresco)
pero baja del 100% al llegar a tierra pues el suelo caliente calienta el
aire. Si las laderas están libres de árboles, el aire sube hasta la
cima y vuelve al mar o pantano sin haber condensado. Pero si las
laderas (o en las grandes llanuras, los campos) están llenos de árboles,
el pequeño número de gramos que evaporan sus hojas es suficiente para
alcanzar una humedad relativa del 100%, y producir la condensación y la
lluvia.
Tenemos un caso de realimentación positiva no lineal: El rico se hace
mas rico. Los bosques, que necesitan agua, estimulan la precipitación
que les permite crecer. Cuanto mayores son, más agua evaporan y más
reciben de la lluvia. Puesto que lo que se necesita para alcanzar la
saturación son uno o dos gramos de agua por metro cúbico, y el aire casi
saturado lleva entre 30 y 40 gramos, el balance es positivo: El árbol
evapora 2 gramos y el aire descarga 30: El árbol produce una cantidad
positiva de agua sobre el suelo.
En España la mentalidad subyacente deriva de los siglos de La Mesta.
Una parte de la economía de España era la lana de las ovejas, y éstas
necesitan hierba, que no crece bien en los bosques. Se talaron los
árboles. Luego vinieron las minas, Rodalquilar en Almería, las de Huelva
y Sevilla, Almaden, y otras muchas: Necesitaban madera para las
galerías, para calentar el mineral, para las traviesas de los
ferrocarriles. Se necesitaba madera, madera. Se talaron los bosques, y
cada tala aumentó la sequía: El pobre se hacía cada vez mas pobre.
Mina de Río Tinto |
Podemos arreglar por muy poco precio el problema de la lluvia en
España. Podemos plantar unos miles de
millones de árboles. Eso si es capital para todos y trabajo para muchos
más de lo que darían unas minas ya agotadas. Hoy plantar un árbol puede
costar alrededor de 1 euro. 4.000 millones de árboles al año, durante 4
años, o 15.000 millones durante 15 años, es un dinero que no se ve en un
presupuesto anual de un millón de millones y es riqueza para todos y
para cientos o miles de años.
aún no entiendo como no lo vemos tod@s.
ResponderEliminarse precisa de un plan nacional para reforestar este país cuanto antes.
las olas de calor, las sequías,las gotas frías se regularían. en 20 años seríamos un país verde y no esté secarral dependiente de energía externa