Los
árboles son imprescindibles para el sostenimiento del planeta por lo
que mi consejo es que plantéis al menos un árbol en la vida, ya que la
sensación de verlo crecer junto a ti, el contribuir a la conservación de
nuestro planeta y el dejar una herencia que siempre nos recordará
durante generaciones, no tiene precio. Anímate y corre a plantar tu
árbol.
Un
árbol es una planta perenne, de tallo leñoso, que se ramifica a cierta
altura del suelo. El término hace referencia habitualmente a aquellas
plantas cuya altura supera un determinado límite, diferente según las
fuentes, 2 metros , 3 metros,5 metros o los 6 en su madurez. Además,
producen ramas secundarias nuevas cada año que parten de un único fuste o
tronco, con claro dominio apical, dando lugar a una copa separada del
suelo. Algunos autores establecen un mínimo de 10 cm de diámetro en el
tronco (30 cm de circunferencia).Las plantas leñosas que no reúnen estas
características por tener varios troncos, o son de pequeño tamaño, se
consideran arbustos.
Los
árboles presentan una mayor longevidad que otros tipos de plantas.
Ciertas especies de árboles (como las secuoyas) pueden superar los 100 m
de altura, y llegar a vivir durante miles de años.

Cambiando
de tema, hemos de saber que la tala indiscriminada de árboles y los
incendios hacen que cada día se desertifique más y más la tierra.
Catástrofes que llevan consigo el deterioro del paisaje y la inevitable
erosión del terreno por los agentes climáticos.
Esta
ausencia de vegetación incrementa el aumento del efecto invernadero, ya
que a menor masa arbórea, menor transformación de CO2 en oxígeno
(necesario para vivir tanto nosotros como el resto de seres vivos).
Cuando
tales árboles (de uso no agrícola) piensa que una masa boscosa tarda
cientos de años en formarse y que tan sólo tarda unos días en
destruirse. Alucinante, ¿verdad?. Si sabes de alguien que tale árboles
de forma ilegal no dudes en denunciarlo a las autoridades competentes,
el medio ambiente lo agradecerá.
Siempre
que vayas a emplear madera intenta hacerlo con maderas recicladas, si
no, asegúrate de que la madera que empleas sea de procedencia ecológica,
es decir, de plantaciones controladas por empresas certificadas.
Rechaza aquellas maderas procedentes de las talas ilegales y denúncialo.
Hemos
de saber también que la pérdida de bosques conlleva la pérdida del
hábitat de muchas especies animales y ... no suena muy bien.
Está
claro que los árboles y demás plantas cumplen un rol vital en nuestra
vida porque no sólo producen el oxígeno que necesitamos para vivir, sino
que sirven incluso como recicladores del suelo al aportar nuevos
nutrientes a través de la caída y descomposición de sus hojas.
Partes de un árbol
Los
árboles están formados por tres partes: la raíz, el tronco y la copa.
Los dos primeros elementos son los que diferencian, fundamentalmente, a
un árbol de un arbusto. Los arbustos son más pequeños y no tienen un
único tallo sino que están formados por varios. No obstante, ha de
señalarse que algunas especies se pueden desarrollar como árboles
pequeños o como arbustos, dependiendo de las circunstancias
medioambientales.
Raíz
Las
raíces fijan el árbol al suelo. Las raíces pueden tener una raíz
principal, o bien ser numerosas raíces en las que ninguna de ellas
predomina, adoptando la forma de raíz ramificada fasciculada. Las raíces
aéreas son más raras dentro de los árboles, pero se dan en algunas
especies que viven en entornos pantanosos, por ejemplo el mangle
(Rhizophora).
Tronco
El
tronco sostiene la copa. Su capa exterior se llama corteza o súber, de
espesor y color variables. Sus características (color, forma en que se
desescama, etc.) son una ayuda a la hora de diferencias las especies
arbóreas. A modo de ejemplo, puede señalarse que el haya común la tiene
gris y lisa hasta edades muy avanzadas; el pino piñonero la tiene de
color pardo gris o pardo rojizo, es escamiforme, forma surcos oscuros y
grandes planchas; y el olmo común, por ejemplo tiene color pardo gris,
cuarteado por grietas, tanto horizontales como transversales.
Si
se corta un tronco de manera longitudinal, por ejemplo en un tocón,
pueden verse los anillos, que delatan la forma en que ha ido
desarrollándose ese árbol. Cada año se forma un anillo. Contándolos
puede saberse la edad del árbol, si bien esto es más fácil en los
árboles de zonas templadas, ya que en los trópicos con un clima regular a
lo largo del año, no se aprecia la formación de anillos anuales. Los
anillos estrechos evidencian años de dificultades y pobre alimentación
de manera que el crecimiento es retardado. Los años de crecimiento más
rápido se ven en anillos más anchos. Hay un centro del tronco más
oscuro, el duramen o corazón, son células leñosas muertas de donde
procede la mejor madera para usar como combustible, y luego unos anillos
más claros hacia el exterior, la albura. Entre la albura y la corteza
hay una sola capa de células por la que el tronco está creciendo,
llamada cambium; se divide a su vez en dos partes: la interior formará
el xilema (albura y duramen) y la exterior forma la corteza interna
(floema).
Ramas
Las
ramas suelen salir a cierta altura del suelo, de manera que dejan una
franja de tronco libre. Las ramas y hojas forman la copa. La copa adopta
formas diversas, según las especies, distinguiéndose básicamente tres
tipos: la alargada y vertical, la redondeada o la que se extiende de
manera horizontal, como si fuera una sombrilla. Las ramas salen del
tronco, se subdividen en ramas menores y en éstas están las yemas y las
hojas. De la yema nacerá una flor, una rama, u hojas. Las yemas que
quedan en el extremo de las ramitas se llaman yemas terminales. Suelen
estar cubiertas por escamas o catafilos como forma de protección.
Hojas
A
través de las hojas el árbol realiza la fotosíntesis y puede por lo
tanto alimentarse. Las raíces absorben el agua con minerales disueltos
en ella. Suben por el tronco hasta las hojas. Allí reaccionan con el
carbono procedente del anhídrido carbónico y forman azúcares. Luego el
azúcar se transforma en celulosa, que es la materia prima de la madera.
La hoja tiene una parte superior (haz) y otra inferior (envés), en el
que se encuentran los estomas, pequeñas aberturas por las que penetra el
anhídrido carbónico y por los que sale el agua sobrante y el oxígeno.
Las
hojas son un elemento primordial a la hora de diferenciar entre las
distintas especies arbóreas. Pueden señalarse cuatro tipos básicos de
hojas:

Escuamiformes. Tienen forma de escama y son propias de algunas coníferas (como en el ciprés común o la tuya occidental).
Pinnatifolios.
La lámina foliar está a su vez dividida en una especie de hojas más
pequeñas, llamadas foliolos, pero todos en el mismo raquis; puede verse
en el serbal de los cazadores. Las hojas pinnadas en sentido estricto
tienen los folíolos dispuestos de manera regular a ambos lados del
pecíolo, mientras que en las palmeadas (pinnatipalmeadas) cada folíolo
se inserta en un punto central, como se ve en el castaño de Indias.
Hojas
simples e indivisas. Cada hoja se inserta individualmente en la rama
por el pecíolo o tallo. Si no tienen ese tallo se les llama sésiles.
Dentro de estas hojas simples se diferencian dos grandes grupos, los
árboles de hojas opuestas y los de hojas alternas. En las hojas opuestas
siempre hay 2 hojas, una enfrente de otra, que nacen del mismo nudo del
eje del vástago. Así ocurre en los arces y en el olivo. Dentro de este
tipo de hojas opuestas, las hay verticiladas, es decir, aquellas en las
que surgen tres hojas o más en cada nudo, como ocurre en la catalpa. En
las hojas alternas, en cada nudo del eje del vástago hay sólo una hoja, y
la siguiente está en otro nudo y nace hacia otro lado. De hojas
alternas son la mayor parte de los árboles de fronda de clima templado,
como los olmos, los robles y las hayas.
Pueden
tener una sola forma (aovada, acorazonada, sagitadas, reniformes,
lanceoladas, etc.) o bien ser recortada, lobulada, con entrantes más o
menos marcados. El borde de la hoja (borde foliar) también es un
elemento de distinción, pues puede ser entero (liso), crenado, dentado
(con pequeños picos), aserrado y doble aserrado (como dientes de
sierra), sinuado y lobulado; además, el borde puede ser espinoso (con
espinas en el borde, como en el borde dentado punzante).
Flores y frutos
Algunos
árboles, las coníferas, son gimnospermas y se caracterizan por portar
estructuras reproductivas llamadas conos, pero la mayoría de las
especies son angiospermas (actualmente Magnopliophyta) y tienen algún
tipo de flor. El gingko es un caso particular, ya que aunque es
gimnosperma, no es una conífera. Algunas son flores aisladas, como se ve
en las magnolias, pero otras están juntas formando ramilletes llamados
inflorescencias. No todos los árboles tienen flores completas, con
órganos reproductores masculinos y femeninos, sino que algunos tienen
flores femeninas y flores masculinas (abedul, nogal, roble); es más, en
algunas especies, hay ejemplares que sólo tienen flores masculinas y las
femeninas están en otros ejemplares distintos (Dioico), como por
ejemplo en el gingko.
Tamaño y edad
El
tamaño de los árboles va desde los 2 metros de altura hasta los más de
cien que pueden alcanzar las secuoyas, la especie que se considera de
mayor tamaño. Las alturas de los árboles más altos del mundo han sido
objeto de controversia y exageración. Modernas medidas verificadas
hechas con aparatos láser, otros métodos de medida, o con medidas de
cinta corrida realizada por investigadores o miembros de grupos como la
U.S. Eastern Native Tree Society), han demostrado que los antiguos
métodos de medición a menudo no son fiables, a veces producen
exageraciones de 5% a 15% o más por encima de la verdadera altura.
Pretensiones históricas de árboles que crecieron hasta más de 130 metros
o incluso 150 ahora se consideran en gran medida poco fidedignas, y
atribuidas al error humano. Mediciones históricas de árboles caídos
realizadas con el tronco postrado en el suelo se consideran algo más
fidedignas. Actualmente se acepta que las especies más altas son:
Sequoia sempervirens: 115.56 m, Parque Nacional Redwood, California, Estados Unidos
Eucalyptus regnans: 99.6 m, al sur de Hobart, Tasmania, Australia
En
cuanto a la edad, los árboles son los seres vivos que puede vivir mayor
cantidad de años. Los árboles más longevos son las secuoyas, que pueden
llegar a vivir 2.000-3.000 años. Le siguen algunas especies pináceas
propias de la alta montaña y el drago canario. Se ha calculado que el
drago de Icod de los Vinos, aunque se le llama "milenario", tiene una
edad 500 y los 600 años. Los árboles más antiguos se determinan por la
dendrocronología o crecimiento de los anillos, que puede verse si el
árbol es cortado, o en catas tomadas desde la corteza hacia el centro
del tronco. La determinación exacta sólo es posible para árboles que
producen anillos de crecimiento, generalmente en climas con estaciones
diferenciadas. Los árboles en climas tropicales, que no diferencia entre
estaciones no tienen anillos distintivos. También es sólo posible en
árboles que son sólidos por el centro. Muchos árboles viejos se van
vaciando por dentro cuando están muertos al decaer la madera muerta.
Para alguna de estas especies, la edad estimada se ha hecho sobre la
base de extrapolar los ritmos de crecimiento actuales, pero los
resultados son normalmente en gran medida fruto de la especulación.
White (1998) propone un método de estimar la edad de árboles grandes y
antiguos en el Reino Unido, a través de la correlación entre el diámetro
de la rama del árbol, carácter de crecimiento y edad.
Los árboles más antiguos verificados son:
Pino longevo (Methuselah): 4.844 años
Alerce Fitzroya cupressoides: 3.622 años
El
grosor de un árbol es normalmente más fácil de medir que la altura,
pues se trata sólo de medir con cinta alrededor del tronco, tensarlo y
así hallar la circunferencia. El árbol con el tronco más grueso del
mundo es un baobab africano: 15.9 m, Glencoe Baobab (medido cerca del
suelo), provincia de Limpopo, Sudáfrica. El célebre árbol del Tule en
Oaxaca, México que es una especie de ahuehuete (Taxodium mucronatum):
11.62, Árbol del Tule, Santa Maria del Tule, Oaxaca, México.
Distribución y hábitat
Hay
árboles por todo el mundo, siendo particularmente ricas en diversidad
de especies arbóreas las franjas tropicales. Los árboles tropicales se
hallan en las selvas tropicales y ecuatoriales de América Central,
América del Sur, África y Asia. Pero también hay árboles en las zonas
templadas y llega hasta latitudes muy altas. En este último caso, los
bosques suelen presentar menos diversidad de especies y estar formados
por una o pocas especies.
Los
árboles son parte predominante del ecosistema de los continentes debido
a que previenen la erosión, constituyendo los elementos primordiales
del paisaje, la agricultura, los llamados ecosistemas forestales, los
bosques y las selvas, además de encontrarse dispersos en ambientes como
las sabanas o las orillas fluviales. Los árboles tienen gran importancia
ecológica, puesto que fijan el suelo, impidiendo que la delgada capa
fértil quede barrida por las lluvias o los vientos. Proporciona refugio y
alimento a numerosas especies animales.
El
grado de humedad y la naturaleza del terreno suelen determinar qué tipo
de bosque se dará, y no sólo la temperatura o la latitud. Cuanto mayor
sea la humedad, más espeso será el bosque. La aridez determina que los
árboles se encuentren en ejemplares aislados o bosquecillos en torno a
una fuente de agua, como un pozo o un río. Dependiendo de la altura se
darán unas especies u otras. Normalmente en las partes bajas habrá
bosques de frondosas como robles, hayas y castaños, y más arriba
aparecerán las coníferas. Cuanta mayor sea la altura, más empezará a
ralear el terreno, hasta que llegue un momento en que desaparezcan los
árboles y sólo queden hierbas perennes y líquenes. Esa línea máxima que
pueden alcanzar los árboles es la llamada línea de árboles. Dependiendo
de la exposición al sol, los vientos o la pluviosidad, puede darse la
circunstancia de que en una ladera crezcan los árboles hasta una altura y
en la otra, más expuesta, la línea de árboles esté a menor altura.
Varios
biotopos se definen en gran medida por los árboles que los habitan,
como por ejemplo el bosque templado de caducifolios. Un paisaje de
árboles disperso por un amplio espacio es la sabana. Un bosque de gran
edad se llama bosque primario.
Diversidad

La
principal distinción es la que se establece entre árboles de
crecimiento monopódico y árboles de crecimiento simpódico. En los
monopódicos el crecimiento en longitud se basa en un tallo principal
vertical del que salen, con ángulos marcados, ramas laterales
subordinadas, de menor grosor. El crecimiento monopódico da lugar a un
porte piramidal, como el que es característico de las coníferas. En el
crecimiento simpódico, las ramas derivadas se desarrollan cerca del
ápice (extremo) de aquéllas en que se asientan, sustituyéndolas en el
crecimiento. Las copas de estos árboles suelen ser más esféricas o
cilíndricas y menos piramidales.
En
inglés, pero habitualmente no en castellano, se trata de árboles a las
palmeras (palm trees). El biotipo palmeroide se presenta en varios
grupos de plantas, destacando las cícadas (Cycadophyta) y,
especialmente, las angiospermas de la familia arecáceas (Arecaceae).
Evolución
Un
árbol es una forma de planta que aparece en muchos órdenes y familias
de plantas diferentes. Los árboles muestran una variedad de formas de
crecimiento, de hojas y formas, características de la corteza y órganos
reproductivos.
La
forma de árbol ha evolucionado separadamente en clases de plantas sin
parentesco, en respuesta a unos desafíos medioambientales similares,
haciendo de él un ejemplo clásico de evolución en paralelo. Con unas
100.000 especies arbóreas aproximadas, el número de especies en todo el
mundo puede suponer el 25% de todas las especies de plantas vivas. La
mayoría de las especies arbóreas crecen en regiones tropicales del mundo
y muchas de estas áreas no han sido aún investigadas por los botánicos,
haciendo de la diversidad de especies y áreas de distribución se
entienden de manera fragmentaria.
Actualmente
(abril de 2007) la datación de los primeros árboles conocidos es del
rango de los 380 millones de años antes del presente, en pleno período
devónico cuando los animales vertebrados apenas comenzaban a colonizar
las tierras emergidas. Esos árboles, del género Wattieza, que poblaban
zonas actualmente correspondientes a Sur y Norteamérica, probablemente
enriquecieron la atmósfera con oxígeno producido mediante la
fotosíntesis favoreciendo de este modo el desarrollo de especies
superiores de animales fuera de los mares. Los árboles más antiguos eran
helechos arborescentes, equisetáceas y licofitas, que crecieron en
bosques en el período carbonífero; aún sobreviven helechos
arborescentes, pero las únicas equisetáceas y licofitas que quedan no
tienen forma de árbol. Más tarde, en el período Triásico, aparecieron
las coníferas, los ginkgos, las cícadas y otras gimnospermas, y
posteriormente las plantas con flor en el período Cretácico. La mayor
parte de las especies actuales son plantas con flor (angiospermas) y
coníferas.
Plantas
con el biotipo de árbol se encuentran en todas las clases de la
superdivisión Spermatophyta (las antes llamadas fanerógamas), salvo en
las cícadas (Cycadophyta), que son de biotipo Palmeroide.
El
hombre explota los árboles de diferentes maneras. Desde la antigüedad,
la madera se ha usado como combustible. Se habla de especies forestales,
que son aquellas que suministran madera y productos derivados. La
madera de los árboles es un material común de construcción de edificios y
de muebles. La pulpa se emplea para la industria papelera.
Hay árboles frutales, que se caracterizan por producir frutos comestibles y con tal finalidad se plantan por el hombre.
Un
tercer tipo de uso es el adorno u ornamento de fincas particulares y
espacios públicos. Se habla así de especies ornamentales. Los árboles
forman parte del mobiliario urbano: en las ciudades se utilizan los
árboles en calles, parques y jardines, como ornamento y creando así
puntos de descanso, refresco y esparcimiento para los ciudadanos.
Importancia cultural
Los
árboles han jugado un importante papel en la religión, en la magia y la
industria, como por ejemplo el árbol de Navidad, y tienen también un
gran simbolismo en la filosofía y la cultura, por ejemplo el árbol de la
sabiduría. Asimismo tienen un gran protagonismo en relación al
calentamiento global.
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Árbol Celta |
Árbol con el león y el toro alados (que representan a Marcos de Ostia y Lucas el Evangelista) que están defendiendo al hom.
Un pino, y a sus lados unos perros con rostro humano cubiertos por capucha. Son los canes dominicanos como defensores del hom.
En otro capitel, los animales son 2 búhos, símbolo de la sabiduría y la noche, también defendiendo al hom.
Los
budistas, hinduístas y jainistas consideran sagrado cierto tipo de
higuera llamada por ello higuera sagrada bajo la cual, creen, Buda
alcanzó el nirvana. Yggdrasil es el árbol mítico de los nórdicos, un
fresno perenne al que consideraban el "árbol de la vida", o "fresno del
universo". Los antiguos sajones tenían también un árbol sagrado,
Irminsul, que Carlomagno ordenó destruir cuando los atacó.
En la mitología grecorromana, distintos tipos de árboles y otras plantas han sido consagrados a diferentes divinidades:
El haya y la encina estaban consagradas a Júpiter.
El pino estaba consagrado a Cibeles.
El olivo se consagraba a Minerva.
El laurel, a Apolo.
El mirto y el loto, a Venus.
El ciprés, a Plutón.
El fresno a Marte.
La adormidera, a Ceres y a Lucina.
La viña, el pámpano y la hiedra a Baco.
El álamo, a Hércules.
El cedro, el aliso y el enebro a las Euménides.
La palmera, a las Musas.
El plátano, a los Genios.
Estado de conservación

La
solución, además del abandono de determinadas prácticas, como la quema
intencionada del bosque oara obtener pastos, pasa por una explotación
racional, que implique no sólo tala sino también reforestación con
ejemplares jóvenes que constituyan el bosque del futuro. El Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha iniciado una campaña
mundial Plantemos para el Planeta con el objetivo de plantar 7 000
millones de árboles, o sea 1 árbol por habitante de la tierra para
finales de 2009. Además, se protegen extensiones de aquellas áreas más
ricas en biodiversidad, o de las especies endémicas, muchas de ellas en
peligro de extinción.
También hay riesgos naturales que amenazan los bosques. como el fuego, las plagas de insectos y enfermedades.
Curiosidades
Curiosidades
Secuoyas, árboles que pueden superar los 100 m de altura.
Abrazar un árbol representa una terapia para muchas personas.
Varios ejemplares de Gingko biloba rebrotaron y sobrevivieron al lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima.
El
árbol más aislado del mundo era la famosa acacia del Ténere, en el
Desierto del Sahara, a más de 400 km de los árboles más cercanos. Fue
destrozada por un conductor borracho en 1973.
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