domingo, 28 de diciembre de 2014

Sólo Árboles y AEBMA

Sólo Árboles (soloarboles.blogspot.com) como parte de Green Galley, nos hemos unido a AEBMA  (Agrupación Española de Blogs por el Medio Ambiente).







AEBMA pretende ser una herramienta para difundir reconocidos blogs españoles cuya temática está relacionada con el medio ambiente. Además también pretende crear lazos de colaboración entre los autores de dichos blogs (los blogueros) para  compartir experiencias, realizar entradas conjuntas u otros proyectos de índole ambiental.

Más información en: Green Galley

lunes, 22 de diciembre de 2014

Los bosques más hermosos del mundo

El Parque Nacional de Erawan, en Tailandia

A poco más de cien kilómetros al oeste de Bangkok se encuentra la provincia de Kanchanburi, que alberga la maravilla natural más extraordinaria del país: la cascada Erawan, que da su nombre al Parque Nacional que la alberga. En medio de una espesura de árboles caducifolios que en otoño adquieren el color del oro, la cascada vierte sus aguas en un enclave idílico en el que moran ardillas voladoras, monos y una multitud de aves exóticas.

El bosque encantado de Broceliande, en Bretaña

La leyenda del mago Merlín resuena en cada rincón de este bosque de 7.000 hectáreas, situado a 30 kilómetros de Rennes, en el corazón de Bretaña. Habitado desde el neolítico, hace más de 5.000 años,es famoso por los lugares legendarios de la tradición de Arturo que contiene, como el *espejo de las hadas*, la *roca de los falsos amantes* y el *árbol de oro*, además de la tumba del mago Merlín, el menhir donde el hada Viviene encantó a su amado mago para que no abandonase nunca Broceliande.

Las colosales secuoyas de Giant Forest, en California

El hogar de las famosas secuoyas californianas se llama Giant Forest, en el área del Parque Nacional Sequoia & Kings Canyon. En este bosque habita el ancestral General Grant, de 81 metros de alto, el segundo árbol más grande del mundo.

El Parque del Conguillío, entre volcanes y lagos en los Andes

Una red de senderos cruza los bosques en torno al gran lago Conguillío y se acerca hasta la base del volcán Llaima, corazón del Parque Nacional de Conguillío. Característico por la araucaria, la conífera que da nombre a toda una región en Chile, está habitado por una fauna única que incluye al sapo de papilas, el gato colorado o el cisne de cuello negro.

Los bambús de Sagano, en Japón

A media hora de la ciudad de Kioto, el magnífico bosque de bambús de Sagano despliega en otoño una amplia gama de colores que hacen de sus paseos una delicia que antiguamente se reservaba a la nobleza japonesa. Con bambús de 50 especies y hasta 20 metros de altura, el parque es el cónclave del templo budista Tenryuji, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994.

Los robles centenarios de Savernake Forest, en Gran Bretaña

A menos de dos horas de Londres, cerca de la ciudad de Marlborough, se encuentra el bosque donde el rey Enrique VIII conoció a Jane Seymur, madre de su único hijo Eduardo VI. Este bosque de robles y hayas centenarios apenas ha cambiado de aspecto desde aquellos tiempos y sus más de mil hectáreas son un espectáculo de color violeta en primavera, con el florecimiento de los jacintos.

La multicolor reserva de Plitvice, en Croacia

La variedad de árboles y colores en otoño del Parque Nacional de Plitvice es el resultado de la convivencia de pinos y abetos con las hayas en la reserva, que es el hábitat ideal para la nutria, el oso
pardo, el ciervo rojo y cientos de especies de pájaros en un entorno en el que se mezclan caprichosamente las zonas de bosque con lagos y cascadas.

Bosque prehistórico en La Gomera

El bosque de laurisilva de Garajonay es un vestigio de la Era Terciaria prehistórica, declarado Patrimonio Nacional en 1986. Su nombre procede de la leyenda de dos amantes, la princesa gomera Gara y el guerrero tinerfeño Jonay, que se lanzaron desde el pico más alto de la isla para estar juntos para siempre. La ruta circular que empieza y acaba en Laguna Grande es el mejor itinerario para admirar vistas increíbles desde lo alto, con las islas de El Hierro, La Palma y el volcán Teide despuntando a lo lejos.                                                                                              Fuente: Europa Press

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Andalucía desarrolla actuaciones para contener al insecto causante de la 'seca de los pinos'


La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio desarrolla en la actualidad las actuaciones recogidas en el Plan Andaluz de Contingencia para el Nematodo de la madera del pino, un organismo que causa la enfermedad denominada 'seca de los pinos'.


El nematodo ha sido declarado un organismo de cuarentena en la Unión Europea por su carácter epidémico, y se ha localizado únicamente en Portugal. Desde que se constatara su presencia en el país luso en el año 2006, se ha convertido en uno de los ámbitos prioritarios en la sanidad forestal andaluza debido a los efectos devastadores en los territorios en los que se ha introducido, en los que ha provocado mortandades de carácter epidémico.

Aunque se consideran como especialmente sensibles las especies  Pinus nigra, Pinus pinaster y Pinus sylvestris, el nematodo es capaz de desarrollarse sobre cualquier conífera, lo que supone un importante riesgo para más de 800.000 hectáreas en Andalucía.

De ahí que la Consejería haya impulsado estos trabajos para detectar la presencia de dicho organismo en Andalucía. Para ello, lleva a cabo numerosos muestreos en la totalidad del terreno forestal complementados con prospecciones localizadas en las zonas de mayor riesgo y otras actuaciones de vigilancia y control.

La rápida reproducción del nematodo en el interior del árbol provoca un colapso generalizado que puede acabar con su muerte en pocas semanas. La dispersión de la enfermedad se lleva a cabo mediante un insecto vector (Monochamus galloprovincialis) que, si emerge de un árbol infectado, puede trasmitirlo a un nuevo huésped al alimentarse de los ramillos o al realizar la puesta.

martes, 2 de diciembre de 2014

¿Para qué sirven los bosques?

Al destruir un bosque, desaparece mucho más que un grupo de árboles. Los bosques son esenciales para reducir las consecuencias del cambio climático o los desastres naturales, y proporcionan trabajo, comida, casa o energía a millones de personas en todo el mundo. Así lo señalan diversas instituciones internacionales, que destacan la importancia de conservarlos.

Mitigan el cambio climático, la contaminación y las catástrofes naturales

Los bosques atrapan dióxido de carbono (CO2), el gas de efecto invernadero con mayor impacto en el cambio climático. Los árboles disminuyen la contaminación urbana: atrapan y eliminan partículas nocivas en suspensión, además de absorber y bloquear el ruido. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala varios estudios que demuestran que la proximidad a los árboles puede reducir el asma infantil y las alergias. Los expertos también recuerdan los efectos psicológicos positivos de contemplar un bosque o vivir cerca de uno. 

Los bosques purifican el aire, conservan las cuencas hídricas, mejoran el agua potable y la calidad del suelo y contribuyen a evitar la erosión y las inundaciones, recuerda la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Los árboles producen materia orgánica en la superficie del suelo con la caída de sus hojas, y sus raíces aumentan la permeabilidad del terreno.

Proporcionan millones de puestos de trabajo

Alrededor de uno de cada cinco habitantes del planeta depende de los bosques para su subsistencia, según datos de la UNESCO. El número de personas que trabaja en el sector forestal formal asciende a unos 13,2 millones de personas en el mundo, y al menos otros 41 millones en el sector informal (la producción de madera no reflejada en las estadísticas oficiales), como refleja la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

Los fabricantes de productos derivados de la madera maciza son los principales empleadores a nivel mundial en todas las regiones, excepto en África. Se estima, además, que unos 882 millones de personas (el 13% de la población mundial) recogen combustible de madera y carbón vegetal para su uso directo.