miércoles, 14 de diciembre de 2011

Adiós al viejo alcornoque de La Herguijuela

El ejemplar no pudo soportar el peso de unas ramas cuya poda estaba especialmente vigilada.

Más de 500 años desplomados de golpe y porrazo sobre la dehesa. Es lo que ha pasado con el alcornoque de la finca La Herguijuela, uno de los árboles declarados singulares por la Junta de Extremadura. El domingo día 4 cayó a plomo. No aguantó más el peso de unas ramas cuya poda estaba especialmente vigilada por los agentes de medio ambiente, un exceso de proteccionismo que al final ha dejado en el aire la duda de si se le hubiera podido alargar o incluso salvar la vida si se le hubiera aplicado con mesura la tijera.

El propietario de la finca en la que estaba ubicado, en el entorno del Parque Nacional de Monfragüe, cuenta que hace veintitantos años el árbol estaba sano y con vitalidad. «Con el montón de ideas proteccionistas que aparecieron dejamos de sacarle el corcho; los biólogos de la Junta aconsejaron no tocar un árbol tan singular para de esta forma no causarle ningún estrés», explica Miguel Cremades. A partir de ese momento, el ejemplar empezó a verse atacado por hongos en su corteza, a perder vitalidad y aparecieron el gusano 'cerambys' y las ramas secas.

A pesar de ello, hace 10 años el personal de la finca probó a hacerle una poda muy discreta que consiguió que ganase algo de vitalidad. «Enseguida vinieron los agentes medioambientales a decirnos que cómo habíamos hecho aquello sin su permiso, con lo que no hemos vuelto a ocuparnos del árbol con las consecuencias que ahora vemos», confiesa Cremades, que cree que la muerte de este alcornoque debería servir para replantearse si la política forestal que se aplica en Extremadura es la adecuada.

Este Abuelo recién fallecido es lo que los expertos califican como un rodal selecto. Se trata de un árbol padre del que se han ido repartiendo hijos por toda Extremadura. Ahora, tendido sobre la dehesa del norte de Cáceres, se le han estado buscando bellotas con las que crear un pequeño vivero que le otorgase todavía más pervivencia, pero no se ha encontrado ni un solo fruto. Los daba en mejores tiempos, cuando era un árbol sano al que se también se le sacaba buen corcho, una práctica que se dejó por miedo a las restricciones a las que su singularidad legalmente obligaba.

domingo, 4 de diciembre de 2011

El árbol más grande de Andalucía

Un ser de cuento de hadas. Un espécimen que ha sobrevivido miles de años siendo testigo del paso del tiempo y de las radicales transformaciones de su entorno. Se trata del árbol más grande de Andalucía, según el último catálogo elaborado por técnicos de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. La encina milenaria, está situada en una finca privada del hermoso paraje del valle de La Loma. El espacio discurre paralelo a la carretera local de Serón que une el municipio el antiguo poblado minero de Las Menas de la ladera norte de la Sierra de los Filabres.

El soberbio árbol, cuya edad se cuenta por siglos, tiene unos 16 metros de circunferencia de base y unos 25 de altura. Aunque otras especies arbóreas ganan más altura que la encina, este ejemplar es considerado, según los técnicos de la Junta, el de mayor porte y uno de los de mayor antigüedad de todos los catalogados hasta la fecha en la comunidad autónoma. La milenaria encina se ha inventariado dentro de la campaña de campo para elaborar el catálogo de árboles singulares de la provincia de Almería, el último de los ocho elaborados por este departamento, correspondientes a las provincias andaluzas.

La peana

La encina, carrasca, chaparra o chaparro (Quercus ilex ) es conocida popularmente por los aldeanos como la encina milenaria o 'La Peana'. Sus hojas, que son perennes (permanecen en el árbol entre dos y cuatro años, con una media de 2,7 años), coriáceas y de un color verde oscuro por el haz y más claro por el envés. Son muy duras para evitar la excesiva transpiración de la planta, lo que le permite vivir en lugares secos y con gran exposición al sol, como valle de La Loma. Su corteza es oscura y se agrieta en todas direcciones.

En las proximidades donde se ubica esta singular encina, sobreviven otros ejemplares milenarios de esta especie, como la encina de la ermita de la Loma o la del paraje conocido como Los Sapos. La existencia de estos árboles singulares, cuya catalogación oficial por parte de la Consejería de Medio Ambiente aporta ayudas de la administración a los propietarios de las fincas en los que se ubican, demostraría, según los técnicos de la Junta de Andalucía, la idoneidad y perdurabilidad de las especies autóctonas del monte mediterráneo frente a las repoblaciones intensivas de otras especies de rápido crecimiento.

Supervivientes

Este árbol supone uno de los principales vestigios de la historia de lo que fue la vegetación mediterránea de encinas y coscojas dominante en otros tiempos en la Sierra de Los Filabres. Permanece como huella viva del pasado del antiguo bosque mediterráneo que antaño poblaba este rincón de la Península Ibérica. Su progresiva desaparición pone de manifiesto la fragilidad con la que los antiguos bosques han respondido ante la sobreexplotación de sus recursos naturales, el deterioro producido por el abandono definitivo de los cultivos y la enorme dificultad para poder regenerar un aspecto, al menos, parecido al que antaño poseían.

A lo largo de la historia, la encina ha sido utilizada por el ser humano de múltiples formas. Ha obtenido leña de alto poder calorífico; la bellota se empleaba para alimentar a los ganados y la corteza se utilizaba en las tenerías. En épocas de escasez la bellota de carrasca ha sido consumida incluso por las personas.

El experto Rafael Moro, en su principal obra de la Guía de los Árboles de España, propone que de modo oficial se nombre a la encina árbol nacional de España, así como el pino piñonero lo es de Italia y el roble de Alemania, además plantea en este mismo documento la idoneidad de la encina como especie óptima para repoblar todas las zonas de suelo irrecuperable por todas sus características de adaptabilidad a suelos pobres y en beneficio del medio ambiente.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Hallan 25 nuevas especies de árboles en la Amazonía ecuatoriana

Biólogos ecuatorianos han descubierto 25 nuevas especies de árboles, algunos de hasta 30 metros, en un lugar de la Amazonía que, según sus estudios, es el rincón con mayor diversidad biológica del mundo. El hallazgo es uno de los frutos de 15 años de análisis intensivo de una pequeña parcela del Parque Natural Yasuní, localizado al este del país, fronterizo con Perú. Aunque el ser humano identifica nuevas especies de forma casi rutinaria, principalmente insectos o ranas, es raro encontrar árboles ignotos.

Cuando uno se topa con la "annona cupria" en las inmediaciones de la base científica de la PUCE en el Parque Natural Yasuní uno se pregunta cómo es posible que hasta hace poco este gran organismo fuera totalmente desconocido. Se trata de una planta elegante, de corteza fisurada, suave y corchosa, que se eleva más de 20 metros sobre un suelo enrojecido por el color cobre de las hojas caídas, por las cuales el árbol ganó el apelativo de "cupria".

Es una de las nuevas especies identificadas en la zona y cuyo descubrimiento será divulgado en revistas científicas próximamente. Entre ellas hay dos géneros nuevos, es decir, familias de especies hasta ahora desconocidas para los seres humanos. En total 1.200 especies diferentes de árboles y arbustos viven en una parcela de un kilómetro de largo por 500 metros de ancho en el Yasuní.

Ello la convierte en el pedazo de tierra con más biodiversidad del planeta, por encima de las selvas de Malasia, pues en tan sólo esas 50 hectáreas existen más especies de árboles que en Estados Unidos y Canadá juntos. En el parque, que con casi un millón de hectáreas es la mayor reserva natural de Ecuador, viven más de mil especies de animales.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Ghinko biloba


Hace 270 millones de años, mucho tiempo antes de que los primeros dinosaurios caminaran sobre nuestro planeta, aparecieron los ginkgos. Las ginkgoáceas alcanzaron su esplendor en el período Jurásico en el que se llegaron a contabilizar 11 especies diferentes, pero hace 65 millones de años, y coincidiendo con la desaparición de los dinosaurios, comenzó su declive. Hace 7 millones de años, se extinguieron en América y 4,5 millones de años después lo mismo ocurrió en Europa. De todo aquel grupo de árboles que prosperó en tiempos en que los antepasados del hombre eran pequeñas musarañas que caminaban asustados bajo la sombra de los grandes saurios, sólo ha sobrevivido una especie, el ginkgo biloba.

Los últimos ginkgos sobrevivieron en los jardines de templos budistas de China, Japón y Corea donde  eran considerados árboles sagrados. Se cree que no existen en estado salvaje, porque aunque se han encontrado algunos bosques de ginkgos, se sospecha que no han nacido de forma espontánea. El ginkgo fue descubierto al mundo occidental en 1691 por el botánico alemán Kaempfer que vio algunos ejemplares en jardines de monasterios budistas japoneses, de donde se trajeron los primeros ejemplares que llegaron a Europa en 1717 y a América en 1758.

El ginkgo es un árbol dioico, es decir, hay pies macho y pies hembra. La mayoría de los árboles son machos, en Europa el primer ejemplar hembra apareció en Suiza en 1814. En los jardines, se suelen plantar ejemplares masculinos, porque las hembras dan unos frutos que desprenden un olor nauseabundo al pudrirse.

El ginkgo puede superar los 40 metros de altura, (se habla de un ejemplar en Dabao-China de 60 metros) y vivir más de 2000 años, edad que algunos autores elevan a 4000. Es un árbol muy decorativo, con unas hermosas hojas en forma de abanico (Foto Cor Kwant) que en otoño adquieren un llamativo tono amarillo. Las aplicaciones de este árbol son innumerables, además de sus semillas comestibles llamadas pake-wo, sus hojas eran introducidas en los libros por los monjes budistas para preservarlos de ataques de insectos y hongos. Por su resistencia al fuego se utiliza en varias zonas como cortafuegos natural. Además, posee diversas sustancias muy apreciadas tanto por la medicina tradicional china como por la ciencia oficial, a las que incluso se le atribuyen propiedades anticancerígenas.

El ginkgo es un árbol muy resistente. No se le conoce ninguna enfermedad, soporta muy bien la contaminación, el fuego, las bajas temperaturas, la falta de luz e incluso la radioactividad. El 6 de agosto de 1945 explotaba en Hiroshima, Little Boy, la primera de las dos bombas atómicas lanzadas en Japón en la Segunda Guerra Mundial. Un ginkgo que se encontraba en los jardines de un templo budista, a 1 km. del lugar de la explosión quedó destrozado. Pero este superviviente del Pérmico no estaba dispuesto a morir. En la primavera siguiente, el viejo ginkgo brotó de nuevo.

viernes, 7 de octubre de 2011

'El camino de las ardillas'


La Fundación + árboles puso en marcha el pasado 1 de agosto la iniciativa "El Camino de las Ardillas" en Auritz-Burguete (Pamplona) con dirección al sur de España con el objetivo de establecer un corredor ambiental y evitar la extinción de esta especie, en el marco del Año Internacional de los Bosques, declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Así, con la idea de que antaño la Península Ibérica estaba tan poblada de árboles que una ardilla podía atravesarla de un extremo a otro sin necesidad de bajar al suelo, ha elaborado la propuesta de que este corredor recorra la 'espina dorsal' montañosa de España, que va desde Tarifa hasta el Parque Nacional de Cevennes (Francia) y que separa las vertientes Mediterránea, Cantábrica y Atlántica de los ríos ibéricos.

Ardilla agotada de tanto caminar
Para ello, se localizará una extensa red de senderos, aprovechando antiguas vías pecuarias, pistas forestales o simples caminos vecinales, que permitirán el tránsito a los senderistas y 'voluntarios planta-árboles' que recuperen su cubierta vegetal. Esta red se verá complementada por una detallada guía, junto a la correspondiente cartografía y demás documentación.

El trabajo será supervisado por el fundador y vicepresidente segundo responsable de los proyectos de la Fundación + árboles, Juan Valero Valdelvira , quien realizará la marcha inaugural a pie, entre agosto y noviembre de 2011, señalizando el camino y cotejando la información gráfica reunida, para lo que recorrerá cerca de 2.800 kilómetros. En los diez primeros días ha caminado más de cien, que quedan detallados en blog.elcaminodelasardillas.es.

martes, 20 de septiembre de 2011

El árbol más alto de España

'O Avó', con sus 67 metros de altura y 10,5 de cintura, es un gigante centenario con más de 100 toneladas de peso. El árbol más grande de España crece en el eucaliptal lucense de Souto da Retorta, en Chavín.  Pero si algo lo hace célebre es el cariño que le tienen los 45 habitantes de su aldea.

Unas semillas minúsculas marcaron la historia natural de Galicia. Las trajo de Australia fray Rosendo Salvado, un misionero benedictino de la localidad pontevedresa de Tui que fue enviado a Perth para evangelizar las antípodas. Aquel largo viaje dejó huella en el monje, que no dudó en traerse la simiente escondida en un bastón y plantarla en el jardín de su casa natal durante su última visita, en 1860.

Este gesto nostálico dio lugar al conjunto de eucaliptos más importante de Europa, que se ha extendido de forma desmesurada por el litoral gallego desde comienzos del siglo XX.

sábado, 10 de septiembre de 2011

El dilema del alcornoque

La Península Ibérica es el área con mayor superficie de alcornocales en todo el mundo. Sin embargo, en España, el alcornoque (Quercus suber), de cuya corteza se extrae el corcho, está amenazado. La falta de regeneración natural, el abandono, y la rivalidad con la producción de tapones de plástico ponen en duda su supervivencia.

El grosor de su corteza y su gran capacidad para reproducirse convierten al alcornoque (Quercus suber), en una especie única. Pero su futuro es incierto. “Existe una acusada falta de regeneración natural en los alcornoques, sobre todo en los que se encuentran en tierra de pastoreo”, señala a SINC Gerardo Moreno, investigador en la Universidad de Extremadura.

La regeneración de individuos jóvenes es “casi nula” y “las poblaciones envejecen sin renovación”, señala a SINC Juli G. Pausas, científico del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE) de Valencia.

Pero la falta de regeneración natural y el sobrepastoreo no son las únicas amenazas de esta especie que se extiende por 725.000 hectáreas en España. Incendios forestales, talas, cambios en los usos del suelo, desertificación, estrés ambiental por el cambio climático, y sobreexplotación los hacen más vulnerables.

Si el alcornocal se abandona, se quema o se cambia de uso, numerosas especies protegidas ligadas a este bosque, y a la buena calidad y funcionamiento de estos ecosistemas, pueden verse más amenazadas.

jueves, 25 de agosto de 2011

Fundación Félix Rodríguez de la Fuente lanza una campaña de acción ciudadana para salvar a los árboles singulares españoles

En España ha desaparecido el 80% del arbolado singular en los últimos 100 años, principalmente como consecuencia de la acción humana. A través de la página www.facebook.com/sosarbolessingulares la Fundación explica cómo “salvar los árboles singulares de tu municipio en menos de cuatro minutos”.

 La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (FFRF), de la mano del Observatorio de Árboles Singulares de la FFRF, ha presentado hoy su campaña “SOS ÁRBOLES SINGULARES: 11 medidas urgentes para salvar nuestro arbolado singular en 2011”, desarrollada en el marco del Año Internacional de los Bosques, celebrado este 2011, cuyo objetivo es evitar la desaparición de los árboles singulares españoles.

Se trata de una campaña de movilización ciudadana, con la que la FFRF y el Observatorio quieren dar voz y “herramientas” a la ciudadanía para que sean ellos quienes protejan a estas especies emblemáticas.

“En España hay árboles de 2.000 años de edad, pero para ser singular, un árbol no tiene que ser milenario”, ha informado Odile Rodríguez de la Fuente, directora general de la FFRF. “Basta con que sea especial para la gente del pueblo, con que represente una herencia por haber sido plantado en un momento especial, o por haber dado sombra a varias generaciones. Por eso, queremos que sean los vecinos de cada municipio quienes nos digas cuáles son sus árboles singulares”.

Así, la FFRF ha creado una página de Facebook www.facebook.com/sosarbolessingulares, a través de la cuál se explica de forma sencilla que puede hacer un ciudadano para “salvar los árboles singulares de tu municipio en menos de cuatro minuto”. “¿Qué árboles del planeta vamos a salvar si no salvamos los que tenemos más cerca?”, plantea Rodríguez de la Fuente.

domingo, 21 de agosto de 2011

Adoracion a los arboles

Muchos pueblos a través de la historia los adoraron y también, crearon mitos de su existencia.

Los árboles han jugado un rol importante en muchas de las mitologías y religiones, y les han sido dados profundos y sagrados significados durante todas las épocas. Los seres humanos, observando el crecimiento y muerte de los árboles, la elasticiad de sus ramas, la sensitividad y el anual decaimiento y revitalización de su follaje, los ven como poderosos símbolos de crecimiento, decaimiento y resurrección. La representación simbólica inter-cultural más antigua de la construcción del universo es el árbol del mundo.

jueves, 28 de julio de 2011

Los árboles

De los árboles todo sabemos menos ¿Qué son los árboles? Parecieran incapaces de moverse fijados en la tierra. Viajan sin retorno por el paisaje de la vida. Junto a nosotros en alianzas amorosas (O en incomprensibles odios torvos). Presentes ellos allí en su locuaz silencio. A la vera de la existencia siempre, en medio de una realidad sin respuestas (Lubio Cardozo, poeta venezolano)

Para las culturas antiguas, el árbol además de ser parte de la esencia de sus vidas, por ser su primer cobijo, proveedor de frescas sombras y refugio de aves, buscadas para la caza. También mostraban, admiración, respeto, veneración, ante su fortaleza de erguirse hacia los cielos, plantarse con firmeza en la tierra y adaptarse a los ciclos de los tiempos. Ellos, significaban la conexión entre la tierra y el cielo. Era el simbolismo de la verticalidad, de la vida en completa evolución. Sentían, que cada hombre o mujer lleva en su interior un árbol, que los impulsaba a crecer de la mejor manera. Oír a los árboles, les permitía entender su destino y predecir el futuro. 
 
Los árboles, eran a su vez, los protectores de todo lo material y espiritual. Los del mundo de las ciencias, de todos aquellos que estudian a los árboles, la admiración sigue siendo infinita. Son los organismos de mayor tamaño y mayor tiempo de vida en la tierra. Su altura aun no la puede explicar la ingeniería, y su capacidad como procesadores químicos, sigue siendo indescifrable. 

Toman agua y sales de la tierra y lo llevan a sus hojas, hasta más de 100 metros. Por medio de la fotosíntesis de las hojas que combinan el agua y sales con el dióxido de carbono del aire, logran producir los nutrientes para alimentarse. Verdaderos filtros naturales, para eliminar el dióxido de carbono y contaminantes que existe en el aire. En el presente, los árboles ocupan el 6 por ciento de la superficie de la tierra y aun así, ellos permiten la vida de más de la mitad de las especies biológicas en el planeta. Cuando se tala un árbol, se va una vida y un protector de muchas especies. 

La existencia de ellos es tan importante, que falta inteligencia para entender tanta indiferencia y crueldad de los humanos para con ellos. ¿Que nos paso? Que perdimos la capacidad de admirar y venerar, a estos seres tan extraordinarios. A tal punto que en nuestra cotidianidad, un árbol no significa nada. No hay tiempo para observarlos, para disfrutar de su belleza. Simplemente, no hay nada para ellos. Ni minutos ni segundos para contemplarlos o para protegerlos. En nuestra cultura se borro la noción de su existencia y con ello, nuestro principal arraigo con la naturaleza.

Lenin Cardoso. (Inf. obtenida de SOS Arboles en Facebook)