Un ser de cuento de hadas. Un espécimen
que ha sobrevivido miles de años siendo testigo del paso del tiempo y de las
radicales transformaciones de su entorno. Se trata del árbol más grande de
Andalucía, según el último catálogo elaborado por técnicos de la Consejería de Medio
Ambiente de la Junta
de Andalucía. La encina milenaria, está situada en una finca privada del
hermoso paraje del valle de La
Loma. El espacio discurre paralelo a la carretera local de
Serón que une el municipio el antiguo poblado minero de Las Menas de la ladera
norte de la Sierra
de los Filabres.

La peana
La encina, carrasca, chaparra o
chaparro (Quercus ilex ) es conocida popularmente por los aldeanos como la
encina milenaria o 'La
Peana'. Sus hojas, que son perennes (permanecen en el árbol
entre dos y cuatro años, con una media de 2,7 años), coriáceas y de un color
verde oscuro por el haz y más claro por el envés. Son muy duras para evitar la
excesiva transpiración de la planta, lo que le permite vivir en lugares secos y
con gran exposición al sol, como valle de La Loma. Su corteza es
oscura y se agrieta en todas direcciones.

Supervivientes

A lo largo de la historia, la
encina ha sido utilizada por el ser humano de múltiples formas. Ha obtenido leña
de alto poder calorífico; la bellota se empleaba para alimentar a los ganados y
la corteza se utilizaba en las tenerías. En épocas de escasez la bellota de
carrasca ha sido consumida incluso por las personas.
El experto Rafael Moro, en su
principal obra de la Guía
de los Árboles de España, propone que de modo oficial se nombre a la encina
árbol nacional de España, así como el pino piñonero lo es de Italia y el roble
de Alemania, además plantea en este mismo documento la idoneidad de la encina
como especie óptima para repoblar todas las zonas de suelo irrecuperable por
todas sus características de adaptabilidad a suelos pobres y en beneficio del
medio ambiente.
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