domingo, 4 de diciembre de 2011

El árbol más grande de Andalucía

Un ser de cuento de hadas. Un espécimen que ha sobrevivido miles de años siendo testigo del paso del tiempo y de las radicales transformaciones de su entorno. Se trata del árbol más grande de Andalucía, según el último catálogo elaborado por técnicos de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. La encina milenaria, está situada en una finca privada del hermoso paraje del valle de La Loma. El espacio discurre paralelo a la carretera local de Serón que une el municipio el antiguo poblado minero de Las Menas de la ladera norte de la Sierra de los Filabres.

El soberbio árbol, cuya edad se cuenta por siglos, tiene unos 16 metros de circunferencia de base y unos 25 de altura. Aunque otras especies arbóreas ganan más altura que la encina, este ejemplar es considerado, según los técnicos de la Junta, el de mayor porte y uno de los de mayor antigüedad de todos los catalogados hasta la fecha en la comunidad autónoma. La milenaria encina se ha inventariado dentro de la campaña de campo para elaborar el catálogo de árboles singulares de la provincia de Almería, el último de los ocho elaborados por este departamento, correspondientes a las provincias andaluzas.

La peana

La encina, carrasca, chaparra o chaparro (Quercus ilex ) es conocida popularmente por los aldeanos como la encina milenaria o 'La Peana'. Sus hojas, que son perennes (permanecen en el árbol entre dos y cuatro años, con una media de 2,7 años), coriáceas y de un color verde oscuro por el haz y más claro por el envés. Son muy duras para evitar la excesiva transpiración de la planta, lo que le permite vivir en lugares secos y con gran exposición al sol, como valle de La Loma. Su corteza es oscura y se agrieta en todas direcciones.

En las proximidades donde se ubica esta singular encina, sobreviven otros ejemplares milenarios de esta especie, como la encina de la ermita de la Loma o la del paraje conocido como Los Sapos. La existencia de estos árboles singulares, cuya catalogación oficial por parte de la Consejería de Medio Ambiente aporta ayudas de la administración a los propietarios de las fincas en los que se ubican, demostraría, según los técnicos de la Junta de Andalucía, la idoneidad y perdurabilidad de las especies autóctonas del monte mediterráneo frente a las repoblaciones intensivas de otras especies de rápido crecimiento.

Supervivientes

Este árbol supone uno de los principales vestigios de la historia de lo que fue la vegetación mediterránea de encinas y coscojas dominante en otros tiempos en la Sierra de Los Filabres. Permanece como huella viva del pasado del antiguo bosque mediterráneo que antaño poblaba este rincón de la Península Ibérica. Su progresiva desaparición pone de manifiesto la fragilidad con la que los antiguos bosques han respondido ante la sobreexplotación de sus recursos naturales, el deterioro producido por el abandono definitivo de los cultivos y la enorme dificultad para poder regenerar un aspecto, al menos, parecido al que antaño poseían.

A lo largo de la historia, la encina ha sido utilizada por el ser humano de múltiples formas. Ha obtenido leña de alto poder calorífico; la bellota se empleaba para alimentar a los ganados y la corteza se utilizaba en las tenerías. En épocas de escasez la bellota de carrasca ha sido consumida incluso por las personas.

El experto Rafael Moro, en su principal obra de la Guía de los Árboles de España, propone que de modo oficial se nombre a la encina árbol nacional de España, así como el pino piñonero lo es de Italia y el roble de Alemania, además plantea en este mismo documento la idoneidad de la encina como especie óptima para repoblar todas las zonas de suelo irrecuperable por todas sus características de adaptabilidad a suelos pobres y en beneficio del medio ambiente.

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