El viejo roble de Etxarri
Aranatz, catalogado como monumento natural en 2009, ya no volverá a cubrirse de
hojas y ofrecer su magnífica sombra en los días soleados.
Y es que un rayo ha doblegado a
este centenario ejemplar, partiéndolo durante las tormentas que tubieron lugar estas últimas semanas. Era un roble albar de gran porte que alcanzaba una altura de 23 metros y 2 de diámetro
en la base, con una copa equilibrada con una proyección de 28 por 28 metros. Precisamente,
las grandes dimensiones de su copa, una de las mayores del catálogo de Navarra,
fue uno de los motivos para que fuera declarado monumento natural. Se
encontraba en el lugar conocido como Pagamendiko Haitza, dentro de un robledal
en el que también crecen hayas. La figura de monumento natural se
recogió en la Ley
4/1989 de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario